El pasado sábado 11 en horas de la noche, alrededor de 100 jóvenes protagonizaron un festejo bailable en San Lorenzo. Específicamente sucedió en el local “La Pachanga”, ubicado a tan solo dos cuadras de la catedral de la ciudad.
El problema se dio por la aglomeración de personas ya que el Ministerio de Salud habilitó desde la fase tres (lunes 15 de junio) solo a restaurantes no así a discotecas bailables, por lo que el local incumplió las medidas sanitarias.
Sylvia Villalba, vecina de la zona, y una de las afectadas señaló que ya existían dos bares que producían polución sonora anteriormente. Por ello, y ante la amenaza de que eso empeore con la puesta del nuevo local, tuvieron varias reuniones con los propietarios entre septiembre y octubre del año pasado. La respuesta de Domínguez y Lezcano fue que no se preocuparan que se iban a tomar todas las medidas. Sin embargo, la realidad no fue así.
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